Sunday, August 23, 2009

El juego de las formas


En este libro, Anthony Browne nos conecta nuevamente con las artes plásticas. El texto cuenta la historia de la visita de una familia a un museo. En la historia, la idea de visitar el museo es de la mamá, y el resto de la familia, compuesta por el padre y sus dos hijos, uno de los cuales es el narrador de la historia, acceden. Durante la visita, la madre va haciendo preguntas que motivan una lectura activa de las obras de arte. A través de las páginas del texto Browne nos enseña a mirar de una manera diferente. Esto lo aprendemos de la mamá del cuento. Al igual que ella motiva a su familia a mirar el arte y a hacerlo suyo, nosotros también participamos de este juego. Al final del recorrido por el museo, los padres le compran a los niños un cuaderno y dos bolígrafos. La mamá le enseña entonces a los niños un juego que dice el protagonista que le cambió su vida para siempre: el juego de las formas.

Es interesante que esta misma frase, algo que cambia la vida, aparece también al inicio del libro en el relato que hace Browne sobre cómo se concibió el texto. Por un año, Browne estuvo trabajando en un proyecto vinculando el arte y la educación en la galería Tate Britain en Londres. Este trabajo, dice Browne, que le cambió su vida para siempre.

Con este texto son obvias las conexiones que se pueden hacer con las artes plásticas. Al igual que los protagonistas del cuento, podemos visitar física, virtualmente o a través de imágenes las colecciones de los museos; y empezar a mirar y degustar el arte de una manera más personal.

Podemos también acercarnos a una obra pictórica como un misterio, tal y como lo hacen los protagonistas de El juego de las formas con esta pintura de Augustus Egg.

Otra experiencia que este libro provoca es la investigación en torno a las artes plásticas, los museos y la vida de los artistas. Luego de leerlo, uno puede visitar las páginas de la propia galería Tate Britain, u otros museos famosos como el Louvre, el Prado o el Museo Metropolitano de Arte. Los niños y niñas podrían escoger entre las piezas que vean e imaginarse dentro de las obras, como lo hicieron los protagonistas del libro.

Otras ideas que no tienen que ver con el tema de las artes plásticas:
  • en la historia, una de las características del padre es el que hace chistes muy malos. Los niños podrían hacer una colección de chistes o transformar los chistes del padre, para que en verdad estos sean graciosos.
  • la familia se transporta en tren a la galería. ¿cómo nos transportaríamos y qué ruta tomaríamos para ir a X galería o museo. Los estudiantes podrían usar el programa google maps para trazar la ruta. Esto se podría conectar con temas ligados a los estudios sociales (geografía, medios de transportación y mapas) o a las matemáticas (distancia y medidas).
  • dado que el cuento trata sobre una familia, se puede discutir con los niños las actividades que realizan las diferentes familias del salón de clases. En esta discusión se pueden tocar puntos relacionados a tareas, responsabilidades y roles de género.
Anthony Browne (2004) El juego de las formas, publicado por el Fondo de Cultura Económica, México.

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